Ha pasado a la historia como un conquistador sanguinario, pero en Francisco Pizarro. El hombre desconocido, (Ediciones Nobel) la doctora en Historia de América María del Carmen Martín Rubio nos descubre al explorador extremeño como un hombre muy distinto, alguien que pese a no haber aprendido nunca a leer ni a escribir se preocupó por conservar la cultura inca «que lucha por ser una buena persona, un buen legislador», anota, y que llega incluso a las lágrimas cuando tiene que ejecutar a Atahualpa.
Hoy, en la localidad donde nació el conquistador del imperio del Perú, Trujillo, Extremadura, su autora participará a partir de las 18.00 horas en los Coloquios Históricos de Extremadura donde defenderá su tesis de que la leyenda negra ha ocultado al hombre desconocido que venció un sinfín de dificultades hasta conseguir su objetivo.
El innovador análisis sobre esta controvertida figura ha recibido la atención de la prensa. Entre ellas las de el diario local Hoy Trujillo, que destaca algunas de las ideas fundamentales del libro, como que Pizarro fue una «persona inteligente, buen legislador y gobernador».
